“SERÁN SACIADOS” Llena De Bien Al Alma Hambrienta Matthew 5:6 RVR 1960

“SERÁN SACIADOS”

“SERÁN SACIADOS”

Llena De Bien Al Alma Hambrienta

RVR 1960

Las bienaventuranzas significan declaraciones de bendición. El término bendición significa alegría. Por lo tanto, el estado de bendición sería un estado de alegría, que es más que simplemente feliz. La bendición se refiere a la alegría espiritual distintiva de aquellos que son salvos.

Comenzamos a mirar la lista la semana pasada al ver cómo ser pobres en espíritu, llorar y ser mansos son cosas que traen bendición a nuestras vidas. Pobre en espíritu significa que he reconocido mi pobreza espiritual. Ya no niego mi verdadera condición espiritual.

Y a su vez clamo a Dios para que me rescate. Lloro por mi estado pecaminoso. Ya no estoy ciego ante la fealdad de mi pecado y eso me entristece. Al ser mansos vimos cómo es todo menos débil. Soy gentil y amable, pero aún puedo ser asertivo y poderoso. Vemos cómo estos atributos representan la humildad.

En estas se encuentran las bendiciones del reino de los cielos, el consuelo cuando lloro y las riquezas de la generosidad de Dios. Hoy veremos cómo somos bendecidos por el hambre y la sed de justicia.

Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia.

Matthew 5:6 RVR60

6 Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados.

, "Blessed are those who hunger and thirst for righteousness, for they will be filled.”

Todos tenemos hambre y sed de algo. Tener hambre y sed de algo indica que es una prioridad; tiene prioridad sobre otras cosas. ¿Qué nos impulsan a perseguir? ¿Dinero, una promoción, una relación, la próxima gran cosa? De todos modos, la ironía es que no importa cuánto lo persigamos, todavía nos quedará con hambre. Cualquier cosa mundana por la que tengamos hambre o sed, después de haber obtenido algo de ella, pronto nos damos cuenta de que realmente no satisface.

Todos tenemos hambre y sed de algo. Tener hambre y sed de algo indica que es una prioridad; tiene prioridad sobre otras cosas. ¿Qué nos impulsan a perseguir? ¿Dinero, una promoción, una relación, la próxima gran cosa? De todos modos, la ironía es que no importa cuánto lo persigamos, todavía nos quedará con hambre. Cualquier cosa mundana por la que tengamos hambre o sed, después de haber obtenido algo de ella, pronto nos damos cuenta de que realmente no satisface.

“Había una vez un hombre conocido como el Artista del Hambre. Se ganaba la vida con el ayuno profesional. Iría por largos períodos de tiempo sin comer ni beber nada y la gente pagaría por verlo hacerlo. En ese momento, el ayuno profesional era un negocio respetado y lucrativo.

El artista del hambre se sentaría en la paja en una pequeña jaula expresando su fuerza de voluntad para ir por largos períodos sin comer ni beber nada. Ayunaría durante cuarenta días y cuando hubieran transcurrido los cuarenta días la banda tocaría, y su manager daría un discurso. Luego, dos mujeres lo sacarían de la jaula en su condición debilitada. La multitud rugiría de emoción y finalmente le pagarían una gran suma de dinero en agradecimiento por su gran obra de arte.

Sin embargo, llegó un momento en que el ayuno profesional ya no era apreciado. El hombre perdió a su manager y tuvo que unirse al circo. Pronto se deprimió y se desanimó. La gente no le prestó atención cuando se apresuraron a pasar por él para ver las exhibiciones más populares en el circo. Fue ignorado y olvidado, incluso por los líderes y los dueños del circo.

Su ayuno pasó más de cuarenta días, porque nadie se molestó en contar los días. Y finalmente lo encontraron un día desplomado en la jaula. Se apresuraron a ayudarlo y en su último aliento moribundo, él contó su secreto. Él simplemente dijo: “Tengo que ayunar; No tengo otra opción. Verá, no pude encontrar ninguna comida que me satisficiera ".

Esto puede parecer una historia extraña, pero cuando aprendes más sobre el autor, Franz Koffka, tiene más sentido. Koffka era ateo. Había dicho que esta historia resumía lo que sentía por la vida. En retrospectiva, “El Artista Del Hambre" no era sobre el hambre física; se trataba de hambre espiritual.

Debajo de la superficie de esta historia, Franz Koffka estaba hablando de su propia condición espiritual; él era el artista del hambre. Reconoció que su alma se estaba muriendo de hambre, pero dijo: "¡No puedo encontrar nada en la vida que me satisfaga!". Solo aquellos que tienen hambre y sed de la justicia de Dios estarán verdaderamente satisfechos. Solo aquellos que persiguen las cosas de Dios podrán satisfacer sus verdaderas necesidades.

Isaiah 55:1–2 RVR60

1 A todos los sedientos: Venid a las aguas; y los que no tienen dinero, venid, comprad y comed. Venid, comprad sin dinero y sin precio, vino y leche. 2 ¿Por qué gastáis el dinero en lo que no es pan, y vuestro trabajo en lo que no sacia? Oídme atentamente, y comed del bien, y se deleitará vuestra alma con grosura.

Si sigue leyendo, verá que esta es una invitación para venir al Señor. ¿Por qué seguimos persiguiendo lo que no trae verdadera satisfacción? Hay un dicho que dice que las mejores cosas de la vida son gratis. Es verdad. El dinero no puede comprar cosas como el amor y la dignidad. Y encabeza la lista de lo que el dinero no puede comprar es la salvación. Entonces, ¿por qué gastar más y más dinero, tiempo y esfuerzo en cosas que no harán lo que solo Dios puede hacer por nosotros? ¿Qué es más importante: complacer mi carne o la alegría de mi alma?

Si sigue leyendo, verá que esta es una invitación para venir al Señor. ¿Por qué seguimos persiguiendo lo que no trae verdadera satisfacción? Hay un dicho que dice que las mejores cosas de la vida son gratis. Es verdad. El dinero no puede comprar cosas como el amor y la dignidad. Y encabeza la lista de lo que el dinero no puede comprar es la salvación. Entonces, ¿por qué gastar más y más dinero, tiempo y esfuerzo en cosas que no harán lo que solo Dios puede hacer por nosotros? ¿Qué es más importante: complacer mi carne o la alegría de mi alma?

¿De qué rio estamos bebiendo? Jesús dijo en

John 7:37 RVR60

37 En el último y gran día de la fiesta, Jesús se puso en pie y alzó la voz, diciendo: Si alguno tiene sed, venga a mí y beba.

John 7:37: "Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba". Tenemos hambre del mundo y sabe dulce en la boca pero se vuelve amargo en el estómago. Cuando tenemos sed de placeres mundanos es como beber agua salada. Pero cuando ansiamos comida espiritual y bebida del agua viva, encontraremos bocados y néctar sagrado que satisfacen al alma.

"Si alguien tiene sed, que venga a mí y beba". Tenemos hambre del mundo y sabe dulce en la boca pero se vuelve amargo en el estómago. Cuando tenemos sed de placeres mundanos es como beber agua salada. Pero cuando ansiamos comida espiritual y bebida del agua viva, encontraremos bocados y néctar sagrado que satisfacen al alma.

¿Alguna vez has comido algo que te llenó en el momento pero en una hora más o menos sentiste hambre otra vez? Típicamente, comer comida rápida o comida procesada producirá este resultado; En realidad, los fabricantes lo hacen a propósito para que comas más. Por lo tanto, en lugar de tener hambre y sed de comida rápida y refrescos, que saben bien en el momento pero que hacen poco por ti, necesitamos hambre por una mejor comida que nos alimente.

John Piper dijo una vez: "La debilidad de nuestro hambre por Dios no se debe a que él sea desagradable, sino a que" nos mantenemos llenos de otras cosas ". Necesitamos hambre y sed de la vida justa. Necesitamos tener hambre y sed de la palabra de Dios, necesitamos tener hambre del poder de Dios, su amor, su sabiduría, sus caminos.

Y la raíz del significado detrás de las palabras, hambre y sed en significa un deseo apasionado por Dios y las cosas de Dios. No es el tipo de sed que tienes después de jugar a la pelota en un día caluroso ... es el tipo de sed que tendrías después de días en el desierto sin siquiera una gota de agua. No es el tipo de hambre que tienes cuando te pierdes el almuerzo ... ¡es más como cuando pasas varios días sin comer! No es solo tener hambre o sed, es más como estar "reseco" o "morir de hambre".

¿Cómo es tu apetito espiritual? Cuando teníamos hambre y sed de que la justicia de Dios vino sobre nosotros en salvación, nos llenamos del Espíritu Santo. Ahora necesitamos seguir hambrientos y sedientos de justicia para estar llenos de todas las virtudes de la fe.

1 Peter 2:1–3 NVI

1 Por lo tanto, abandonando toda maldad y todo engaño, hipocresía, envidias y toda calumnia, 2 deseen con ansias la leche pura de la palabra, como niños recién nacidos. Así, por medio de ella, crecerán en su salvación, 3 ahora que han probado lo bueno que es el Señor.

, “Therefore, rid yourselves of all malice and all deceit, hypocrisy, envy, and slander of every kind. Like newborn babies, crave pure spiritual milk, so that by it you may grow up in your salvation, now that you have tasted that the Lord is good.”

“Therefore, rid yourselves of all malice and all deceit, hypocrisy, envy, and slander of every kind. Like newborn babies, crave pure spiritual milk, so that by it you may grow up in your salvation, now that you have tasted that the Lord is good.”

Ahora que Dios ha abierto nuestros apetitos al revelar su bondad, seguimos anhelando esa bondad. Nos deshacemos de los injustos y ponemos a los justos; reemplace la comida basura con comida saludable. Nuestro deseo de justicia debe ser como el de un bebé para la leche. Un bebé no tiene que considerar si quiere o no leche, la anhela, no puede soportar estar sin ella, llora cuando no la obtiene. Cuando tenemos un hambre intensa y sed de justicia, Dios satisfará nuestros apetitos.

Psalm 107:9 NVI

9 ¡Él apaga la sed del sediento, y sacia con lo mejor al hambriento!

“For he satisfies the thirsty and fills the hungry with good things.”

“For he satisfies the thirsty and fills the hungry with good things.”

Cuando tengamos este apetito espiritual, Dios nos alimentará. No solo nos alimentará, pero nos llenará. Dios es la única fuente de justicia. Podemos ser justos, pero eso no funcionará. Solo aquellos que tienen hambre y sed de la justicia de Dios serán llenos de la verdadera justicia.